Nuestras Raíces

En el año 1890, Don Salvador Giuffrida, de origen italiano, se radica junto a su familia en el Sur de la provincia de Mendoza y se propone llevar adelante el cultivo de viñedos. Luego de un siglo de esfuerzo familiar, la cuarta generación rescata esa tradición y la expresa con esplendor de aromas y sabores a través de sus excelentes varietales.

La vida en la finca no fue nada fácil, pero Don Salvador era un emprendedor y gran persona que supo transmitir valores a sus hijos y a todos los que trabajaron junto a él. Era generoso y con un alto grado de empatía, esto lo llevo años mas tarde a impulsar la donación de un terreno donde hoy se puede observar la escuela Salvador Giuffrida donde los niños de las fincas aledañas concurren año tras año dando lugar a futuras generaciones de la zona rural. Su hijo Domingo Giuffrida alias “Don Mimito”, ha contado muchas anécdotas ocurridas en las Fincas Giuffrida, siempre se recuerda la amistad de Don Salvador con Juan Bautista Bairoletto, como una persona sencilla que llegaba a la casa familiar y se lo alojaba en secreto en una de las habitaciones, bajo la estricta consigna, de que nadie debía decir absolutamente una palabra de lo que ocurría durante su permanencia. También hay historias de siembras, de cosechas, de tristezas y de alegría.

En la actualidad los viñedos producen sus racimos aprovechando la calidez de los días y la frescura de las noches, custodiados por ciruelos y membrillos, también algunos damascos y durazneros. Es una tierra franco arenosa pero que sabe de frutos y reconoce el esfuerzo. El peor enemigo, el clima, siempre amenazando con sus heladas y sus tormentas de granizo, pero luego de una buena cosecha nada mejor que brindar por lo acontecido.

En la actualidad el terruño y los viñedos heredado por los tataranietos conserva la misma calidez y misterio, produciendo vinos varietales de alta calidad que llega a todo el mundo transmitiendo el mensaje de cariño familiar a través de sus diferentes imágenes, Familia Giuffrida, Mujercitas y Estrellado, cada uno de ellos expresa algo relacionado con las historias vividas, para recordarlas, para mantenerlas latentes y para compartirlas.